El Seguro para Acompañamiento de Niños y Niñas, más conocido como Ley Sanna, es otra de las iniciativas legales de las cuales me siento muy orgullosa. Debido a mi implicación en el tema del cáncer, pude conocer una dolorosa realidad que afectaba a muchas familias que tenían a una hija o hijo menor de edad afectado por la enfermedad.
El tratamiento del cáncer la mayoría de las veces implicaba que la mamá o el papá debían renunciar a su trabajo para cuidar al menor enfermo, puesto que no había ninguna normativa que permitiera el acompañamiento durante los largos tratamientos, muchas veces en otras ciudades.
Con la Ley Sanna establecimos una licencia que permite a la madre o el padre poder acompañar hasta por 90 días a su hijo o hija enferma, con aportes del Estado, el empleador y el beneficiario. Junto con el cáncer la iniciativa contempla otras afecciones graves, accidentes y un estado terminal. Gracias a las Ley Sanna, los menores de edad afectados por enfermedades como el cáncer ya no están sin el apoyo de sus familias.